viernes, 8 de noviembre de 2013

Pedir peras al olmo

Descripción subjetiva

                            Al olmo viejo, hendido por el rayo                            
y en su mitad podrido, 


con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.


  ¡El olmo centenario en la colina 


que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina 
al tronco carcomido y polvoriento.


 No será, cual los álamos cantores 


que guardan el camino y la ribera, 
habitado de pardos ruiseñores.


Ejército de hormigas en hilera 


va trepando por él, y en sus entrañas 
urden sus telas grises las arañas.


  Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero


te convierta en melena de campana, 
lanza de carro o yugo de carreta; 
antes que rojo en el hogar, mañana, 
ardas en alguna mísera caseta, 
al borde de un camino; 
antes que te descuaje un torbellino 
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,  
olmo, quiero anotar en mi cartera 
la gracia de tu rama verdecida. 
Mi corazón espera 
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera.


Descripción objetiva

Árbol de la familia de las Ulmáceas, que crece hasta la altura de 20 m, con tronco robusto y derecho, de corteza gruesa y resquebrajada, copa ancha y espesa, hojas elípticas o trasovadas, aserradas por el margen, ásperas y lampiñas por el haz, lisas y vellosas por el envés y verdes por ambas caras, flores precoces, de color blanco rojizo, en hacecillos sobre las ramas, y frutos secos, con una semilla oval, aplastada, de ala membranosa en todo su contorno, verde al principio y amarillenta después, de rápido desarrollo. Abunda en España, es buen árbol de sombra y de excelente madera.